lunes, 22 de agosto de 2011

Artículo "La música en el teatro español"

LA MÚSICA EN EL TEATRO ESPAÑOL

No es extraño que el musical esté de moda en el teatro español, ya que, aprovechando el interés que este género está suscitando, el teatro español recupera una de sus características más genuinas e importantes: la música.

No olvidemos que en el Siglo de Oro, la época por excelencia de la historia del teatro español, la música y el baile constituían una buena parte del interés del espectáculo barroco. De hecho, “el baile” era una breve pieza cuyos ingredientes eran el canto, la música y la danza y que se integraba en el conjunto del espectáculo teatral, formado por la comedia y los entremeses intercalados entre las jornadas de la misma. En un principio, estaba anexionado a un entremés, en cuyos últimos versos solía anunciarse que a continuación comenzaba el baile, pero, con el tiempo, este último va ganando importancia y autonomía, de forma que es el entremés el que quede integrado en el baile.

Asimismo, también en el Siglo de Oro, en el reinado de Felipe IV, nace otro de los grandes géneros españoles: la zarzuela. Recibe su nombre del pabellón de caza del Palacio de la Zarzuela, llamado así por la gran cantidad de zarzas que lo rodeaban, en donde este rey, gran amante del teatro y los espectáculos musicales, gustaba de celebrar representaciones nocturnas y fiestas cortesanas. En los descansos de las fiestas, los cortesanos contrataban compañías teatrales madrileñas que representaban obras en las que se alternaban la música y el canto con los pasajes hablados, dando origen a la zarzuela. Con el auge de la ópera italiana en el siglo XVIII, la zarzuela está apunto de desaparecer. Este género, sin embargo, se recuperó y vivió su época de esplendor en la última mitad del siglo XIX, en la que triunfaron compositores de la talla de Barbieri, Chapí y Chueca. En esta época se construyeron en Madrid varios teatros dedicados a la representación de zarzuelas. Los más importantes son el Teatro del Circo, el Apolo y el Teatro de la Zarzuela. En la actualidad, la temporada de zarzuela que programa el Teatro de la Zarzuela es todo un éxito, ya que al público le sigue gustando el carácter popular y divertido de este género musical tan español.

Nos detenemos en este punto porque la zarzuela y el musical tienen mucho en común, ya que en la zarzuela el teatro se mezcla con los números musicales que recogen el folklore popular. Por tanto, podemos decir que la zarzuela es un musical genuinamente español y con más historia que las superproducciones de los teatros de Broadway.

En esta línea, el Teatro Español de Madrid presentó el 28 de octubre un montaje llamado El fantasma de la ... zarzuela con la idea de que niños y jóvenes aprendan a disfrutar de este género. Su argumento nos muestra un niño huérfano que crece entre las paredes de un viejo teatro en el que se representan zarzuelas; al hacerse mayor, oculta su rostro tras una máscara porque se siente muy feo, y la gente se cree que es un fantasma que habita en el coliseo. Un día, el fantasma se enamora de una cantante y hace todo lo posible para que ella triunfe sobre los escenarios y para que se enamore de él.

El texto es de Ramón Paso y la dirección, de Carlos Bofill. El montaje mezcla los estilos del exitoso musical americano con el genuino estilo de la zarzuela, incluyendo fragmentos de obras tan importantes como Luisa Fernanda, La Calesera y Los Gavilanes.

No obstante, a pesar de que el musical no ha sido nunca extraño a la escena española, es cierto que las grandes producciones musicales no han encontrado la acogida que han tenido en otros países hasta fechas recientes. Con la acumulación de varios musicales en la cartelera madrileña parece que podemos hablar de la moda del musical. Lo cierto es que, por fin, la Gran Vía puede sumarse al Broadway neoyorquino y al West End londinense con un total de cinco musicales abiertos al público -Queen, We Will Rock You, Siete Novias para siete hermanos, Cabaret, El Fantasma de la Ópera y Donkey Show- y uno aún por estrenar -Cats.

Una muestra más de este auge del musical es que un autor como David Barbero está iniciando su actividad como libretista para obras musicales. Dentro del teatro, ha conseguido varios premios y algunas de sus obras han sido representadas en países latinoamericanos, ahora ha escrito textos para poemas sinfónicos y libretos para composiciones musicales, de los que ya se han estrenado Los leones de Miranda, y dentro del género de cabaret, Evitango es su primera obra.

Pero si hay algún nombre referencia a la hora de hablar de musical es, sin duda, el de la compañía Dagoll Dagom, que desde que se fundó en 1974 tiene una consolidada trayectoria escénica y artística, con una notable capacidad de propuestas escénicas tanto en teatro como en medios audiovisuales. Entre sus aportaciones, cabe destacar la difusión de la obra literaria de Pere Calders, con la obra de teatro Antaviana, con la que inició su recorrido hacia el mundo del teatro musical, línea que Dagoll Dagom ha consolidado en sus trabajos posteriores: Nit de Sant Joan (1981), Glups!! (1983), El Mikado (1986), Mar i Cel (1988), Flor de Nit (1992), Historietes (1993), T'odio amor meu (1995), Pigmalió (1997), Els Pirates (1997), logrando la recuperación de este género en Cataluña, y habiendo obtenido numerosos premios ente los que destacan: Premio de la Crítica al mejor espectáculo musical de 1992, Premio Nacional de las Artes Escénicas de 1994, Premio de Honor de la fundación Jaume I de 1995, Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya 1996 y Premio Max de la SGAE al mejor espectáculo musical de 1998.

Asimismo, el interés del género ha hecho que se rescaten biografías olvidadas del mismo, como es el caso de Ladka Kozderková, cuyo sueño era actuar en un teatro musical , sueño que vio cumplido en 1973 cuando fue contratada por el Teatro Musical de Karlín de Praga, donde actuó durante trece temporadas convirtiéndose en una de las primeras estrellas checas de musical. El público la amaba. Y aunque su exhuberante temperamento y la vena cómica no escaparon a la Televisión Checa ni a los estudios cinematográficos de Barrandov, el escenario donde más éxitos cosechó fue el del Teatro Musical de Karlín, donde brilló en el papel protagonista del musical Hello, Dolly. Su muerte casi en el escenario nos dejó sin ella en 1986.

Relacionado también con el musical es otra moda que está triunfando mucho: la música de fusión. Un ejemplo significativo puede ser el espectáculo que el 22 de noviembre tuvo lugar en Manhattan Center, donde se celebró un potpurrí musical llamado Olé Cuba, a modo de trueque musical entre Cuba y España. Sin duda, la diversidad une y enriquece, y es uno de los factores que impulsa el desarrollo y éxito del musical.

Volviendo a nuestra cartelera madrileña –cuyos antecedentes más inmediatos son El Hombre de la Mancha, protagonizado por José Sacristán y Paloma San Basilio, que estuvo varios años en cartelera y cuyos protagonistas repitieron experiencia en este género con My Fair Lady- nos encontramos el musical Queen, We Will Rock You, un espectáculo futurista dedicado al legendario Freddy Mercury. Su estreno el 1 de octubre fue toda una novedad porque era la primera vez que una compañía inglesa del sector invertía en Madrid.

Por su parte, Siete novias para siete hermanos es un clásico entre los clásicos del cine que llega a la cartelera teatral en formato de musical en un montaje dirigido por Ricard Reguant, uno de los directores más fructíferos en lo que a musicales se refiere de nuestro país, y con coreografía de la bailarina clásica María Jiménez, Premio Nacional de Danza. En el libreto y las letras de las canciones, escritas por Guillermo Ramos, se ha intentado modernizar mesuradamente la obra. Ha tenido un enorme éxito en Italia y Francia y en Broadway está previsto que regrese en la temporada 2004-2005. David Castedo y Xana G. Del Pozo serán respectivamente, Adam Pontipee y Milly, personajes interpretados en el cine por Howard Keel y Jane Powell. Junto a ellos, un reparto coral de jóvenes cantantes, actores y bailarines de diferentes estilos, incluyendo el circo y el flamenco.

Uno de los musicales más conocidos, El fantasma de la ópera, es un montaje a la altura de Broadway, pero con reparto español y montaje traído de Londres. La obra desde su estreno hace dieciséis años ha sido aplaudida ya por más de setenta millones de personas en todo el mundo. Madrid hace casi el número de las ciudades de dieciocho países en las que ha podido verse hasta ahora este musical, un clásico del género y uno de los más taquilleros y premiados -ha conseguido más de cincuenta galardones internacionales- desde su estreno en 1986 en el Teatro Her Majesty's de Londres. Basado en la novela homónima escrita por Gaston Leroux, El fantasma de la Opera es uno de los mayores éxitos de quien está considerado uno de los más grandes maestros del musical, el británico Andrew Lloyd Webber, autor de títulos como Jesucristo Superstar, Evita, Cats o Sunset Boulevard. Los papeles principales -los del fantasma, Christine y Raúl- son representados por Luis Amando, Felicidad Farag y Armando Pita. Una orquesta en directo de veinte músicos, doscientos treinta trajes, veintidós cambios de escena, más de dos mil metros de tela utilizados para confeccionar telones y una lámpara de una tonelada de peso -reproducción de la existente en la Opera de París- para lo que se han utilizado seis mil cuentas de cristal, son algunas de las cifras de este montaje, el mismo que todavía puede verse en el West End londinense o en el Broadway neoyorquino.

Finalmente, aludimos al estreno el 17 de diciembre de Cats del mencionado autor, Webber, en el Teatro Coliseum. Llega realmente con retraso si tenemos en cuenta, además de su éxito en Nueva York y en Londres –donde ha estado veintiún años seguidos en cartelera, que representado en trescientas ciudades y se ha traducido a diez idiomas. La bailarina y coreógrafa de la obra Gillian Lynne manifestaba su desconcierto ante este atraso del musical en nuestro país y apuntaba como posible factor la falta de experiencia de los profesionales españoles en este género.

Una de las características comunes a todos los musicales es su costosa producción, de hecho, Cats es el espectáculo más caro de los estrenados en el país. La productora Cie Stage Holding ha invertido en él, traducido a nuestra moneda, siete millones y medio de euros.
Asimismo, otra de las características es el éxito de los mismos, que parece estar asegurado a la luz de este interés por el género, que ha hecho que en Madrid las tres obras más vistas sean desde hace semanas sean los musicales El Fantasma de la Ópera, Cabaret y Siete Novias para Siete Hermanos.
No obstante, existen opiniones menos halagüeñas, como la de la directora de la compañía productora de Cats, Julia Gómez Cora, que señala la posible no asimilación de tantos musicales por el público después de los tres grandes que hemos dicho que ya están en cartelera. En cambio, el productor de Queen, We Will Rock You, Luis Alvarez, parece más optimista y señala el interés que ha llevado a muchos ciudadanos a viajar a Londres sólo para ver ciertos musicales. Opinión que se confirma en el hecho de que casi una mitad de los espectadores son de la periferia, y se organizan viajes a la capital –único núcleo poblacional que puede soportar el peso económico de estos espectáculos- expresamente para ello. Estamos de acuerdo en que este éxito no es ninguna suerte, sino algo buscado y añorado en España, además de ya existente en su historia. No obstante, para que la productora amortice la inversión, con un año en cartelera es suficiente para que Cast sea visto por unos trescientos cincuenta mil espectadores y se solventen todos los gastos.

Podemos señalar otros grandes musicales recientes como Memory, que es un musical de musicales porque repasa en dos horas la historia de los grandes musicales americanos de los años 50 a los 70, desde Hollywood a Broadway, desde Sonrisas y lágrimas a Fiebre del sábado noche. Esta arriesgada idea es un repaso a la memoria musical americana a través de las fantasías de Raquel Cohen (Mamen García), dependienta de unos grandes almacenes que, soñando despierta, ve aparecer ante sus ojos a los protagonistas de Cantando bajo la lluvia, El violinista en el tejado, Cabaret o Los miserables, hasta repasar momentos cumbre de más de quince musicales, con un tono ligero, casi siempre de comedia, aunque con puntuales trazos dramáticos. A lo largo de la obra, Pedro Ruy Blas y Gemma Castaño van personificando los sueños de la dependienta Raquel, acompañados por un elenco de actores, muchos de los cuales ya pudimos ver en espectáculos de tanto éxito como Los miserables y El hombre de la Mancha.

Una muestra más de la acogida del musical en nuestro país es el musical que cuenta la vida de Gaudí y que se sitúa en el seno de las exposiciones y los actos conmemorativos con los que Barcelona celebra el año internacional Gaudí. Desde la sala del hospital al que fue llevado cuando le atropelló el tranvía número 30, un Gaudí anciano y moribundo recuerda los momentos más importantes de su vida. Con él viajaremos por el universo secreto de la geometría, conoceremos sus sueños de juventud y su primer y único amor, le acompañaremos durante los años de estudiante en Barcelona y lo seguiremos en su vertiginosa carrera por superar todos los límites constructivos de su época. Veintiocho actores en escena, una orquesta en directo de dieciocho músicos, realidad virtual, tecnología multimedia y un gran despliegue de luz y sonido son los ingredientes de este musical.
Asimismo, contamos con Tanguera, un musical audaz y provocativo en el que cuarenta artistas y ocho parejas de baile directamente llegadas desde Buenos Aires participan. Cuenta la historia del tango argentino a través de algunas de sus melodías y danzas más emblemáticas. Ya ha obtenido un gran éxito de crítica y público en Argentina y Chile, viajará a Broadway después de su paso por el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid, que vuelve a abrirse con esta obra después de catorce años de clausura. El empresario Alejandro Romay, productor del espectáculo, ha invertido nada menos que quince millones de euros en acondicionar el edificio. El musical cuenta la historia de amor entre Giselle, una joven francesa que llega al puerto de la Esperanza de Buenos Aires en 1900, y Lorenzo, un joven criollo soñador que está decidido a conquistarla. Sin pretender ser una historia cronológica del tango, y mucho menos una sucesión de canciones y coreografías, la obra contiene los hitos históricos del tango y pone en escena a inmigrantes y criollos, rufianes y compadres, prostitutas y "milongueros", todos ellos atrapados en un juego de esperanza, desencanto y contradictorias pasiones.

En último lugar, las producciones de Disney ocupan un puesto destacado en el panorama del musical. Así, por ejemplo, el centenario de Peter Pan fue celebrado con un musical lleno de música pop, coreografías espectaculares y muchas caras conocidas. Algunos chicos de la primera edición de Operación Triunfo -Gisela, Alex, Javián y Mireia- participaron en este espectáculo, junto a Beatriz Luengo -muy conocida por su personaje de Lola en la serie Un paso adelante- y actores con gran experiencia como Raquel Grijalva, en el papel de Peter Pan, y Enrique Sequero, como el malvado Capitán Garfio.

Y sí, tenemos que concluir que el musical está de moda en España, que nos acabamos de incorporar a este tren, pero no debemos olvidar que precisamente en nuestro teatro nunca ha faltado la música, el canto, la danza y el baile.


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