lunes, 22 de agosto de 2011

Morfología lingüística: curiosidades, uso y normas

MORFOLOGÍA LINGÜÍSTICA: CURIOSIDADES, USO Y NORMAS


El origen del artículo

En latín, lengua madre del español y del resto de las lenguas románicas, no existía el artículo como tal. El origen del artículo es el demostrativo latino ille/illa/illud, que también dio origen a los pronombres de tercera persona él/ella/ello y al demostrativo aquel/aquella/aquello. Comenzó a usarse en español medieval con los sustantivos contables concretos y animados (el gato, por ejemplo) y se fue extendiendo a otro tipo de sustantivos y a otros contextos sintácticos.

Los apellidos patronímicos

En la Edad Media, en Castilla, León, Navarra y Aragón era usual formar el apellido del hijo añadiendo al nombre del padre la terminación –ez, -z o –iz. O sea, si un individuo de nombre Fernando tenía un hijo de nombre Martín, este se llamaba Martín Fernández. Apellidos tan comunes como Martínez, López, Pérez, Sánchez, etc., tienen ese origen y se denominan patronímicos, es decir, que son nombres formados a partir del nombre del padre.

El verbo auxiliar haber en los tiempos compuestos

Hasta el siglo XVI el verbo ser se utilizaba también como auxiliar en los tiempos compuestos de los verbos intransitivos (eres llegado), como sucede en la actualidad en otras lenguas romances como el francés. Por otro lado, el verbo haber y el verbo tener compartían usos. Aun se utilizaba haber con sentido posesivo y se empleaba el verbo tener como auxiliar. Fue en los siglos XVI y XVII cuando haber se impuso como verbo auxiliar en los tiempos compuestos del español.

Género gramatical y sexo

Jirafa es un sustantivo femenino que sirve para nombrar tanto a los machos como a las hembras de esa especie. Cocodrilo es un sustantivo masculino, y también sirve para nombrar tanto a los machos como a las hembras de esa especie. Y entre los seres humanos, hay muchísimos sustantivos que sirven para nombrar a hombres y mujeres con solo cambiar el artículo: gimnasta, intérprete, pianista, acróbata, agente, soldado, conserje, astronauta, detective, testigo, bebé… El género es, por tanto, una marca gramatical, y pocas veces la distinción entre masculino y femenino responde a una diferenciación de sexo que se manifiesta en la forma del sustantivo.

Los sustantivos femeninos que comienzan por a o ha tónicas

Los sustantivos femeninos que comienzan por a o ha tónicas se combinan en singular con el artículo el y con los indefinidos un, algún y ningún (el aula) En los demás casos llevan un determinante en forma femenina (otra aula, esta aula).

El comparativo

Es incorrecto utilizar el comparativo de superioridad mayor con el adverbio de cantidad más. Por tanto, se dice Daniel es mayor que Elena y no *Daniel es más mayor que Elena.

Acentuación de los demostrativos

Los adjetivos demostrativos no llevan nunca tilde: Me gustan estas canciones. En el caso de los pronombres demostrativos, tampoco deben llevarla ya, salvo que el contexto permita que exista riesgo de anfibología y se pueda interpretar el pronombre demostrativo como un adjetivo y, por tanto, se tenga que emplear la tilde para deshacer esa ambigüedad: ¿Tiene éste color? //¿Tiene este color? Las formas neutras esto, eso y aquello, son siempre pronombres y no llevan tilde: Deja eso.

Orden de los pronombres me, te, se

Los pronombres me y te nunca pueden preceder a se: Se me ha caído (no *Me se ha caído). ¿Se te ha ocurrido algo?(no *¿Te se ha ocurrido algo?).

Adonde/a donde

La Real Academia recomienda que la forma sintética adonde se utilice cuando la preposición corresponda solo a la relativa y no a la principal: Estoy buscando un lugar adonde ir el fin de semana.

El adverbio adelante

*Alante es una forma vulgar del adverbio adelante.

Adverbios de lugar y posesivos

Se considera un vulgarismo el uso de adverbios de lugar seguido de un posesivo tónico: *delante de mí, *detrás de ti, etc. Debe decirse delante de mí, detrás de ti, etc.

La preposición contra

Cuanto es un adverbio que se utiliza para expresar cantidad: Cuanto más lo pienso, menos lo entiendo. Es incorrecto utilizar la preposición contra en lugar de cuanto para expresar cantidad: *Contra más lo pienso, menos lo entiendo.

Sino y si no

Sino es una conjunción adversativa que indica contraposición: No es rojo, sino azul. En si no están presentes la conjunción si, que expresa condición, y el adverbio no: No lo quiero si no es azul.

El verbo haber

Cuando no interviene en la formación de los tiempos compuestos, el verbo haber es un verbo defectivo que solo tiene formas de tercera persona del singular. Así pues, deberá decirse Había muchos niños en el parque y no *Habían muchos niños en el parque.

El verbo prever

El verbo prever se conjuga igual que el verbo ver: Carmen siempre prevé hasta el último detalle. En ocasiones, este verbo se conjuga incorrectamente porque se confunde con proveer: *Carmen siempre preveé hasta el último detalle.

El verbo andar

El verbo andar es irregular en el pretérito perfecto simple, en el pretérito imperfecto de subjuntivo y en el futuro de subjuntivo: anduve, anduviera, anduviere, etc. Son consideradas como vulgarismos las formas regulares *andé, *andara, *andase, etc.

La segunda persona del singular del pretérito perfecto simple

La segunda persona del singular del pretérito perfecto simple acaba siempre en vocal: fuiste, cantaste, tuviste. Añadir una -s a esta forma verbal, por analogía con otras formas verbales de segunda persona del singular como cantas, es un vulgarismo que, aunque está muy extendido, debe ser evitado: *fuistes, *cantastes, *tuvistes.

Imperativo y cortesía

En el español peninsular se utiliza con mucha frecuencia el modo imperativo para realizar una petición (Pásame el agua, por favor) o una propuesta (Ven con nosotros al cine, mujer). Estas construcciones son interpretadas como descorteses por algunos hablantes de otras lenguas, como portugués e inglés, que identifican el uso del imperativo con la expresión de una orden directa.

El infinitivo

El infinitivo suele acompañar a un verbo en forma personal: Deseo estudiar. En comunicaciones orales, a veces se omite el verbo en forma personal: Por último, recordarles que a las 12 cerramos. Conviene evitar esta construcción, sobre todo en la lengua escrita. Por otro lado, el infinitivo se puede usar con valor de mandato cuando vaya precedido de la vocal a (A callar) o en instrucciones y órdenes escritas dirigidas a un interlocutor inconcreto (No pisar el césped). En los demás casos, hay que usar el imperativo: Decídmelo ahora (no *Decírmelo ahora).

El gerundio

El gerundio suele acompañar a un verbo en forma personal y expresa una acción simultánea o inmediatamente anterior a la de ese verbo: Viendo que había peligro, huyó. Es incorrecto el gerundio que expresa una acción posterior a la del verbo al que acompaña: *Huyó de allí, llegando poco después a una cueva. Es también incorrecto el gerundio con valor de adjetivo, es decir, cuando funciona como complemento de un sustantivo: *Le envié un sobre conteniendo fotos.

La voz pasiva

En algunos contextos, como el periodístico, se tiende a usar con frecuencia las construcciones pasivas, en lugar de las pasivas reflejas, más naturales en español cuando no aparece el sujeto agente: *El robo fue cometido sobre las tres de la tarde/El robo se cometió sobre las tres de la tarde.

María Rey Carmona

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